jueves, 21 de octubre de 2010
Desde arriba
Miro el tablero desde arriba
y la perspectiva en picado me marea.
Adivino el movimiento de los peones
y los veo moverse
antes de que piensen en hacerlo.
La anguila se retuerce en la barra de acero,
y le has dicho que ni cuando se pierde
deja de seguir un camino.
Deshilacho argumentos de conversaciones
nonatas, y aborto tus razones
para adelantar tres jugadas,
aunque tú volverás a ellas
cinco movimientos despues
y todo vendrá a contratiempo.
Cuando el desnudo del alma
viene impuesto
por razones que no he escogido
en momentos que no eligo,
no me queda más remedio
que intentar vestirlo con palabras
que no me llegan,
y con suspiros que
me sobran.
Cuando el roce
viene disfrazado
y repartido
intento dividirme
en tantas como cuerpos,
y la ruptura conmigo misma
se hace esperar en un cruce
abierto a un destino cerrado.
Y me compro un pijama nuevo.
Y vendo una mentira vieja.
Y uso la gasolina de la reserva.
Imagen de Gustave Caillebotte (Boulevard visto desdea arriba)
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4 comentarios:
¡QUÉ DISTINTO SE VE TODO DESDE ARRIBA QUERIDA ELENA!! QUÉ NOBLE PERSPECTIVA ESA!!Porque nos damos cuenta que lo que vemos ENORME desde abajo y nos ahoga es tan ÍNFIMO a la vista de un Ser Superior...que siempre está "al agüaite"...como se dice en Chile, en jerga campesina...
"Y me compro un pijama nuevo.
Y vendo una mentira vieja.
Y uso la gasolina de la reserva"...
Besitos, amiga.
BUEN DÍA PARA TI!
Una manera muy personal y auténtica de expresar tu poesía. Me gustó leerte.
No hay mejor disfraz para un alma desnuda y frágil, en este frío otoñal, que las palabras; y por supuesto, los suspiros mantendrán vivo el calor cuando la desesperación amenace con mostrarse. Bonito poema. Un saludo.
La gasolina y la venta de tu vieja mentira es una manera genial de terminar tu filosófico y melancólico poema.
Escribes con tanta pasión y facilidad que alucinas al lector.
Abrazos desde Copenhague La Bella Durmiente,
Ian.
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