domingo, 30 de diciembre de 2012

vértigo


Dalí


porque me lo dijeron, sabía que antes tenía un después,
que siempre queda una comida que hacer y un sueño que espera descanso.

porque lo supuse, una cosa sucedía a la otra 
y las cuerdas seguían sus propios nudos sin enredarse; 
sólo porque había delante y detrás.

porque las vueltas impedían un fijo que no fuera variable
y el centro sólo lo es cuando lo supuesto obliga al dos después del uno;
lo ojos se cerraron, pero sólo porque es el paso para abrirlos
y entonces sólo se oía la vida girando
y entonces, sólo entonces
porque no estaba antes
temí que no podría agarrar el después

domingo, 28 de octubre de 2012

de a...


Emmanuelle Brisson


de infinitivo en infinitivo
comer
dormir
ver

de potencia a acto
del dicho al hecho
del estado al sido

de hacer en hacer

-----

he corrido por la ciudad de la lluvia sin un nombre en un papel
he dormido sin una identidad grapada al pecho
he subido por una barandilla rota con las manos
y me he despertado con un pseudónimo provisional

nómbrame 


miércoles, 12 de septiembre de 2012

mirando


Erika Khun


Si miro veo pupilas, y carne, y brillos y trozos.
Si me acerco más, sólo venas coloreadas de mí.
Si pego la nariz al cristal veo frío, y ridículo;
y preguntas que ya no son más que pupilas.
Y carne.
Y brillos.
Y trozos.

sábado, 25 de agosto de 2012

,


Katia Chausheva


si me he visto desde fuera
sólo ha sido a través del ojo metálico,
el que graba movimiento
pero no grava los pliegues

si me he tumbado en el agua
ha sido para romperme en corcho,
flotar por miembros
desear el fondo

si he hecho algo
ha sido para negarme lo,
sortear las nadas
inventarles cuentos

si he dicho palabras,
si las he roto,
si he estado aquí
o he huido de allá
ha sido para seguir
donde nunca estuve

 a estas alturas
donde no quedan preguntas
es más difícil obviar la verdadera división
o
no

domingo, 8 de julio de 2012

anestesia

Hopper


el deseo, el veneno

la serpiente soy yo
la que muerde, no la que es mordida
la que envenena
la que se anestesia

no hay clínicas de desintoxicación 
sólo curas de sueño
de olvido aletargado
de recuerdo escondido

el deseo
el veneno
la anestesia
el olvido
 

domingo, 20 de mayo de 2012

más menos


Katia Chauscheva


un latido son 30 segundos menos
dos respiraciones, un minuto si consigo alargar el aire
tres pensamientos; tres minutos
cuatro sueños: una mala noche

un amor
dos despedidas
tres encuentros
cuatro rotos
cinco cosidos
ene empieces

una muerte

sumando
restando


siendo sumada.
dejando restarme.

lunes, 16 de abril de 2012

entre


Elena Lechuga


entre tus cejas, saltando de una a otra como una trapecista sin cuerda.
en los hoyuelos de tu cara de pensar, cuando la soberbia se te desborda.
balanceando los pies sentada en tu labios, mirando lo que tu ves cuando te giras
sin voluntad.
o con ella, hipotecada en tus ojos;
los mismos que se cansan de mi búsqueda insaciable

entre tú y yo,
en un limbo de pérdidas incontables;
de la cordura,
de la paz,
de lo que no iba a ser.

entre mis túes y tus yoes
entre los entres

martes, 20 de marzo de 2012

Justa


Elena Lechuga


Aunque he tendido en el cordel a pleno sol
las calles que hoy me he atrevido a mirar levantando los ojos de la acera,
el olor a humedad
(quizás sea podredumbre)
está pegado a las fibras de los edificios bajitos
en esta ciudad de planicies ficticias;
que cada bordillo es un Himalaya
y cada guijarro un Everest que no puedo escalar
porque no todas las piernas son las justas
ni todas las Justas son piernas.

Y mientras espero la verdadera batalla;
la luz que no sea caliente
pero que ilumine el momento del discurso sublime
en el que las palabras sean fuego que hagan arder la sangre
y los corazones bombeen ideas que se hagan carne,
tiendo calles y más calles,
oreo edificios y casas
oigo al portero,
al niño que va al colegio
hasta a la hormiga que no se cansa en su hilera interminable.

miércoles, 14 de marzo de 2012

dónde


Klimt


Hoy lo llevaba todo al abrir la puerta:
Las llaves por si vuelvo.
El móvil por si me llamas.
Los papeles repletos de palabras que decir.
El boli por si me piensan.
Voy peinada y me he lavado la cara.
Puedo cerrar.
Y bajando las escaleras,
un puñetazo en el estómago me ha vuelto a dejar sin aire.
Dónde me he olvidado esta vez.

martes, 7 de febrero de 2012

aconforme


Tapies



delante de tantos ojos hambrientos,
quién no se convierte en boca

ni espejos
ni yoes
ni tus túes

ni preguntas llenas de vacío vertiginoso
ni bolas de angustia ante tus llenos (enojosamente ajenos)

a punto de caer
agarrándome en un equilibrio apalabrado en el borde

jugando a centros disconformes


domingo, 29 de enero de 2012

palabra


Katia Chausheva


una palabra cae sobre otra
y gota a gota van vaciando cuencas de miel podrida.
palabras agotadoras,
palabras; sólo palabras

se amontonan en un artificio demasiado profundo,
profundidad demasiado artificiosa
y elección tras elección
como si   a   significara en algún momento algo diferente de   b
saltamos de una vida a otra
buceando en nadas monistas;
que no hay dualismo soportable
en la inmensa apertura que simboliza una muerte multiplicada en fragmentos
inconsolablemente espejeantes:
no hay mayor oponente que la ecuación que somos
en un déjà vu eterno
que nada sea nuevo y todo un principio
que los que está siendo ya haya sido tantas veces
y que a la vez todo esté empezando

que qué inevitable es convertirse en quien siempre hemos sido
por mucho que corramos en la misma dirección con sentido opuesto
y que el bien sea el mal con otra cara
y que cada moneda  valga más de lo que podemos ahorrar en una sola vida
y que cada tú es un yo que acabe y empieza en sí mismo

palabras; sólo palabras

domingo, 22 de enero de 2012

babel


Bruegel



La muralla antigua se entrevera con la casa como una escalera de caracol con tramos rectos; igual que en las casas antiguas de pueblo pequeño donde cada planta lleva a la siguiente a través de un pasillo oscuro que no se tuerce asomándose a lo que te espera, dejando siempre a la imaginación lo que aguarda tras el giro en ángulo recto.

Después de una escalada agotadora, en la que el ascenso intercala descansos en muros derivados del principal con la visión de seres que no corresponden al mundo vivido, la llegada a la azotea es como desembarcar a puerto de noche en un sitio húmedo, oscuro y lleno de grasa; en lugar del recibimiento caluroso y acogedor que imaginas antes de ver tierra en el horizonte.

Es entonces cuando te acercas al borde y te asomas hacia abajo, observando a los visitantes de esas ruinas construidas alrededor de la muralla principal. Y lo ves debajo del todo, y sabes que sólo si sube va a tener la oportunidad de estar a salvo. Y lo llamas por su nombre, pero sin gritar para no llamar la atención ni ser ordinaria, y le pides que suba. Y al ir bajando tú para ayudarle, te das cuenta de que faltan trozos de muro que hacen que sea imposible, que si consigues tirarte de un sitio a otro luego no podrás volver a subir porque aunque tus brazos pudieran sostener tu peso la distancia entre fragmentos es tan elevada que no alcanzarías.

Y  vuelves a la azotea paseando por su terreno, que misteriosamente se ha extendido. Y ahora hay allí amigas y un mercadillo. Te paseas por las tiendas donde se amontonan las botellas pequeñas de licor, juguetes baratos y útiles de zoco de cine. Y un extranjero que habla inglés (al menos mejor que tú) te da con el puño sin querer porque va lavándose los dientes indolentemente. Y le llamas imbécil. Y un hombre con pinta de persona normal pero esencia de gurú te dice que te disculpes, porque el insulto a los demás es el insulto a uno mismo. Pero sin decirlo. Por supuesto, no lo haces; aunque sabes que deberías. Y el chico, asustado por su maestro te pide perdón, y tu sigues hacia delante como si no hubiera pasado nada. Y a la mañana siguiente, entras en su jaima y le dices “I want to apologize, I´m sorry” en tu inglés macarrónico. Él te mira y te sonríe aceptando tus disculpas, y te sientes mejor; quizás el amor ha llamado a tu puerta. Tiene amoratada la mejilla, el gurú sí cree en el castigo corporal, parece. Pero eso no te incumbe, te dices a modo de mantra.

Tus amigas te enseñan camisetas rosas, las que quieren comprar a sobrinas y hermanas pequeñas pidiéndote opinión aunque ya tengan decidido lo que quieren.
Llegas donde siempre ha habido una orilla que era playa en un tramo y río en otro, te asomas justo donde el agua terminaba en un bosque al otro lado. Ése que nunca has visto pero donde sabes que se esconden las respuestas que nunca es el momento de leer. Pero en tu parte de la orilla han hecho obras, y sólo queda la arena aplastada previa al asfalto de un aparcamiento. Y se te escapa una lágrima que no simboliza nada porque tu pena es demasiado abstracta. Y escuchas “madre naturaleza por qué me has abandonado”. A pesar de que siempre te ha parecido una chorrada llamar así a una natura que es asesina. Y de repente todo encaja. O se desencaja en sí mismo.

Las desconexiones transitorias nunca te traen de vuelta igual. A lo mejor lo que te traes pesa lo mismo que lo que dejas. Quiero la eparina de las anoréxicas.



domingo, 15 de enero de 2012

hambre


Enneeenne


se me olvidó explicarte la cuestión de la inanición,
el hambre insaciable de palabras
la espera agónica de la mano que delimite lo abstracto


   dando palabras con las manos

con el hambre jaleando
punzando todos los músculos
y acentuando las palabras

con el hambre inagotable de ser
olvidando dónde estar



martes, 10 de enero de 2012

a hora


Pluja Fina


Es ahora, cuando la venda se ha caído
o se ha hecho transparente aunque sigue apretando
cuando te pregunto cada mañana si sigo existiendo
en algún país entre tu boca y  la mía

Es ahora, cuando la niebla es tan espesa
que no alcanzo a iluminar la diferencia entre perdido y ganado
cuando me pregunto si sigue habiendo voz
después de atravesarme  el frío de los ojos

Es ahora, cuando el limbo de lo lleno me ahoga
cuando encuentro aire tumbada en el suelo
para escapar del humo del incendio
de mis papeles mojados –palabras repetidas-

es ahora
a hora
cuando todo es lo mismo
y la diferencia un giro completo


miércoles, 4 de enero de 2012

es

Pluja Fina

 
es en el silencio
en el que me encuentro
es
en él
(silencio)
justo ése
en el que perdimos la voz
es en él
donde no distinguimos
ecos de inicios
yo de ellos
es en ese silencio
él
que me calla
donde gano la voz