martes, 31 de agosto de 2010

Sea como sea

José Tomás Rodríguez Corrales





Sea como sea, cuando te vea,
sólo tú.
Aislado.
De mí.

Aislado de todo lo que no es, sólo tú.
Sin saber lo que hicistes, ignorando lo que haces.
Olvidando lo que dijistes para herir sin saberlo,
recordando lo visto en el fondo de unos ojos semiordenados,
semicerrados a una realidad inaprehensible
por un sentir hecho trozos sin unión posible.

Aislado de tu proceso, de tu inicio y de tu fin.
Sólo tú, en estado puro, en carencia de existencia,
sin defensa de caballero andante ni de villano malvado;
sin culpa que adolece de agresividad masoquista.

Aislado de idealización y de proyección masiva
no sé qué quedaría, si serías tú en esencia
o perfume pasado de moda.

Sea como sea, cuando te vea,
sólo tú.
Aislado.
De mí.

lunes, 30 de agosto de 2010

Exorable. Mente. Ine.

Ana Lechuga Villalobos



Inexorablemente dos más dos son cuatro.
Intento sumas que contengan multiplicaciones
pero la pared blanca me devuelve la pelota.
Inexorablemente.

I nsustanciales las palabras que no dije
N egando lo que escondían
E vitando enfrentar consecuencias
X ilofoneadas a voz muda
O readas a golpe de voz mental
R asgando un alma ya lacerada
A saltada por la duda
B ásica de si me miento a mí
L eyéndote sólo una parte
E stadísticamente insignificante.
M udos mis ojos puestos al sol
E xcluidos de un cara a cara
N ítido en palabras
T raidas por los pelos
E scondiendo quién soy.

Inexorable,

preguntarme en qué momento me perdí
si alguna vez me tuve.


Silencio sutil tras el sonido susurrado
de sílabas sisadas al silbido
de la serpiente que con saliva
septentrional sesgó sustancia,
la mía.

Voz existente



El Grito. Munch.




Soñé con una lluvia cantarina que se convertía en aguanieve.

Soñé que cada gota se convertía en una palabra, y el ritmo del agua al caer componía una
canción que repiqueteaba en el cristal desde el que me asomo al mundo.

Soñando con el sonido, la melodía obsesiva enraizó en mi cerebro empapando
neurotransmisores, axones y dendritas, y la música se convirtió en una voz que ya no quería oir pero de la que no pude escapar... grité y seguía cantando, corrí y se vino conmigo.

Me agarré la cabeza con las dos manos pero no me la puede arrancar, y comprendí que la locura
es loca.

Desperté del sueño que soñé soñando, y ya no estaba la canción.
Había una voz que dice que soy yo.

domingo, 29 de agosto de 2010

Fruta prohibida


En el bolsillo tengo una mandarina.
En el bolso guardo cerezas brillantes que crujen al morderlas.
En el cajón de la mesita de noche conservo melocotones de terciopelo, y hay una fresa dulce delante del espejo de la cómoda.
En la guantera del coche llevo una sandía jugosa que mezcla el verde césped con el rojo zumo.
En el trabajo escondo una raja de melón que se deshace en la boca, y en el campo recojo higos que derraman jugo al morderlos.
En mis manos el agua siempre se escurre, y a veces deja un poso de arena que permanece días enteros con un sabor a sal que borra todos los demás.

Verdad mentirosa


La primera mentira desdibujó una marca en piedra de acero que solidificaba la cuerda que ataba mi cintura a la tuya.

Bajé de la azotea donde huí en la última tormenta para no ver la electricidad estática que rasgó unos muebles pagados a plazos.


La primera verdad que dijiste era la sombra que te acompañaba y que evitamos pisar cuando nos acostamos en una cama enorme que compartimos dos de cada diez noches.

Bajé al segundo piso y apagué todas las luces.


Llamastes a un arquitecto para que te diera unos planos que combinaran una estructura a medio hacer y unos acabados cambiantes según lo que se cociese dentro.

Me mudé al bajo e hice unas maletas que tardé en llenar ocho meses.


El niño nació prematuro y fue una vida de creencias mutiladas y verdades que ya no sirven por ser suicidas.
Verdad y mentira se confunden en un zumo con pulpa dulce, y el colador se perdió en una mudanza.

sábado, 28 de agosto de 2010

Añoro lo que no soy, huyo de mi existencia

Añoro una boda con vestido blanco y recepción a lo Sisí.
Pienso todos los días en los hijos que no tuvimos.
Echo de menos un balcón en el que tener una mesa y dos sillas para beber jerez cuando los niños duerman.
Quiero la seguridad de saber que estás, y la certeza de saberme esperada todos los días. Navidades familiares, noches siempre contigo y cama compartida.
Ser parte de un mundo configurado en estructuras.

No quiero añorar las cosas que dejé de vivir por estar contigo.
Pienso en lo atada que me sentiría con hijos, y lo que les haría sufrir cuando mis ansias de volar se interpusieran entre nosotros.
Huyo de días sin palabras porque te fui desconociendo en el proceso.
Relación de rutina diaria es relación tanática, que destruye creatividad y merma capacidad.
Las suegras siempre te odian.
Las estructuras limitan visión en cubículos de diferentes alturas y sólo se puede crecer escalonadamente.

Añoro lo que no tengo y paso por estatus que no elijo.

viernes, 27 de agosto de 2010

Que no sepas de tí lo que no sabes de los demás

Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda.
No tengo problema, porque la derecha es ciega y la izquierda sorda.

Al principio no se planteaba lo de dentro, sólo se preguntaba qué era y por qué lo de fuera.
Luego perdió toda noción de unidad en una amalgama de conceptos sobre una identidad ignota.
En algún momento la semilla central se unificó ramificándose en varias raices. A partir de entonces coherencia con uno mismo; es difícil enseñar a alguien todas las caras.

La diestra y la siniestra.
La siniestra coge las llaves de casa y abre la puerta del trabajo.
La diestra saca la coca y se prepara una raya.
En el centro, un cuerpo hemipléjico según quién mande.

Mi cuerpo está cambiando
y no sé cómo
la piel mudando
ya no estoy roto.

En los dibujos que veía de pequeño había buenos y malos.
En el colegio estudié Historia, y había ganadores y vencidos.
Los libros de psicoanálisis me enseñaron motivos para las maldades,
pero yo ya había perdonado en los demás lo que ni veía en mí.

Ahora intento diferenciar bondad y perversión,
mí de ellos,
y quiero volver a encender la tele y ver Batman.
Pero en telecinco ponen pateras donde mueren menores
en antena tres revueltas de negros que se matan entre ellos
en la primera judíos tirando bombas
y en la segunda un reportaje de actos terroristas palestinos.
Y ya no sé quién tiene razón,
si la maltratada es masoquista,
si comprendo los motivos del maltratador
o si hay que dar los niños a servicios sociales.

Ésta película no tiene guión,
no hay límites ni final
y ya soy demasiado mayor
para confiar en las manos de alrededor
o en el criterio propio que no va a fallar.

El príncipe azul ha mordido también la manzana
y Peter Pan ha caido en manos de Garfio.
Y en Lost todos muertos.
Pá habernos matao.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Con tu permiso

"salí de casa
sin destino ni vida
me perdí en tí"

saliste de casa
con mi destino y mi vida
me perdí en nosotros

en el bosque más oscuro
donde los orcos se comen
a los niños que son buenos
nos dimos la mano
y no estuve sola

en el desierto más caluroso
tuvimos sed
que apagamos en un osasis,
el nuestro

te dí vida
me distes cordura
y un dia la noche
se comió al día

a pulso.
a pulso.
momento a momento,
a pulso.

espejo roto,
siete años de mala suerte.
ojo por ojo,
diente por diente.

Lorca:
"herido, muerto de amor"
no ha habido vida
sin esa sensación

a pulso otra vez
y en la próxima vida
de nuevo a pulso
que alma dividida en dos
es alma compartida

salimos de casa.
a pulso

martes, 24 de agosto de 2010

Nací desnuda

Cuento días y me faltan años.
Enumero momentos y me sobran lágrimas.
Sonrisa a sonrisa he forjado nuevo carácter
de vida vivida, no planeada.

He nacido desnuda en una calle
donde no estaba sola porque todos me acompañaban
y hacíamos lo que soy.

Sueño trenes y planeo viajar en avión a Nueva York
para saber si se puede ser mujer sin justificarse en un sitio más grande,
pero sólo me apetece vivir en sitios pequeños donde
no haya prisas.

Dejé de hacerme preguntas, y no sé por qué.
Nací con un alma limitada por fronteras con pasos levadizos,
y ya no pido pasaporte.
Aún no sé si los visados caducan pasado un tiempo.

Ordeno fases vitales y quedo atrapada en el desorden mortal,
reniego de inmortalidad preñada de esquizofrenia incestuosa
y me convierto en miel para moscas que no asumen locura suicida.

Leí un Libro Interminable y lo acabé con cinco años;
creí que ahí comencé a ser descreída porque todo acaba
aunque te anuncien lo contrario.
Y estoy descubriendo que no mentía; aún no ha acabado.

Atreyu escuchó el fado de Morla y quedó atrapado
por una Emperatriz que ya se había enamorado de otro.
Nací con un amuleto sin principio ni fin
y no reniego de él hostia consagrada a la que no lo es.

lunes, 23 de agosto de 2010

Impepinable cuestión la del limonero almendrado

Eloisa estuvo debajo de un almendro. Mientras estuvo allí, pensó que se mentía a sí misma en un amor que defendía ante todos y rompía ante dos; el ying ying y el yang yang.
Eloisa pensó que el para siempre ajeno valía más que el esperemos a mañana propio y a medio camino del naranjo donde buscó sombra se acordó de que no hay más verdad eterna que la inexistencia de lo ajeno y lo ajeno de lo propio.
Eloisa hizo una transición hacia el árbol cítrico un poco a tontas y a locas. Por el camino se equivocó un par de veces (por reducirlas a número par) y se tumbó debajo de una higuera chunga, de un ciprés de cementerio y de un cerezo en flor que acabó desflorado. Y entre cambio y cambio fue llenando cada vez más libretas con pensamientos desgranados como hojas en otoños de deberes de colegio.
Buscando certezas inapelables se encontró con verdades impepinables, y fue entonces cuando llegó al naranjo de naranjas amargas. Y nada más tumbarse olvidó el pepino verdadero al sol y se secó por falta de agua.
Ahora pregunta de vez en cuando a quien pasa buscando su árbol, para ver si así recuerda qué se le perdió por el camino, y mientras ha puesto un puesto de limonada fresca. Que de algo hay que vivir.

domingo, 22 de agosto de 2010

Con papas

-El enamorarse no es querer- le dice Julia a Mario. -Enamorarse es momentáneo, fruto de un cúmulo de proyecciones y de idealizaciones propias puestas en otro.- Y Mario se queda a rayas, como su jersey. - Yo quiero más que nadie, por eso no me enamoro, porque veo de verdad a quien tengo en frente. Por eso no pasa nada si no estoy enamorada de tí, porque te quiero mucho.- Y se queda tan pancha.

-El enamoramiento es la base de cualquier relación;- le dice Julián a María. -Sin esa necesidad de verse y de hablarse, sin ese querer demostrar un cariño que te sobrepasa, no hay querer. Por eso ya no te quiero, porque no estoy enamorado.- A comérselo con papas, María.

-No te deseo, porque éso es un comienzo de algo que se hace más grande con el paso al cariño- le espeta (o esputa) Félix a Marisa. Hay que joderse.

-Sólo siento algo físico, lo más que te puedo ofrecer es un rollo, sexo sin complicaciones. Te deseo como a nadie antes, pero no siento nada por tí.- Rollito de Soles a Luis.

Y Rafael se pregunta a sí mismo en qué momento se repartió una cartera de maneras de sentir tan diferente como distintos son los plastas de alrededor. Y por qué con ésto no pasa como con los colores, que está claro que cada uno los ve de una manera, pero hay un acuerdo común para llamarlos del mismo modo. O a ver si no será que lo que unos llaman querer, otros lo llaman amar, y lo que para uno es deseo, para otros es afecto. O peor, que ya casi nadie siente, y confunden reacciones orgánicas con vida emocional. O al revés. O que hay gente con las cosas tan disociadas que trocea pensamientos con las manos como si fuesen un bollo de pan y quisieran digerirlo convirtiéndolo en emociones, sentimientos o como quiera Dios que lo llamen.
Que ya le vale a Dios, por cierto. La próxima vez que organice una democracia donde el voto de todos valga lo mismo. Así la mayoría, que no tiene ni idea ni se preocupa de tenerla, podrá proponer sustantivos y pegarlos a reacciones viscerales decidiendo quién va con quien en un bingo donde todos puedan participar. Y donde los progres puedan decirse a sí mismos que lo importante es que tarde o temprano la cultura se generalizará a la población mundial y los negros ya no tendrán hambre en el XXIII.
Pero mientras tanto, allá cada uno con sus etiquetas y sus destripes. Y al que le duela que se aguante, que quien se pica ajos come.

Tú y yo

Tú me persigues en sueños que no quiero tener,
yo te sigo en noches que no quieres compartir conmigo.

Tú eres silencio roto en grito que te resquebra por dentro,
yo aprendí a callar cuando ya había dicho lo que dejé de ser.

Me ofreces compartir lo que yo me niego a darte,
y lo derrocho en seres de los que no quiero saber nada.

Te perdistes en televisiones que te robaron palabras antes de los seis años
y yo me perdí al matar a mi hermano con cuatro meses.

Encuentras límites y posesión en olores a salitre y yo huyo a montañas donde la paz del murmullo de un río acalla quiebros de ramas como brazos rotos.

Tú intestaste escribir en la arena de la playa algo eterno, y usaste piedras que pesaban quintales
pero las quitaron gaviotas que comen mentiras cosidas en verdades.

Yo te negué sentimientos eternos y me dejé cuarto y mitad de alma cuando tú ya habías cogido dos aviones y un tren.

Pedí traducción a una estrella para que entendieras mi voz, que a veces te parecía que viniese de la luna, pero se apagó en el segundo párrafo y tú ya habías roto el receptor.

Cuando me cansé de mirar el buzón, tú lo dejastes repleto de cartas que ya no leí.

jueves, 19 de agosto de 2010

El vecino del quinto

En el centro de la tierra está el verdadero origen. Hay una madeja de lana resisitente de la que se crea toda materia orgánica. La inorgánica ya estaba, no se sabe desde cuando. No sale solamente un cabo, sino innumerables, y de diferentes colores. Y cada uno de ellos se deshilacha en otros tantos. Al final de cada hilo se encuentra una persona que se alimenta y se construye a partir de ese trocito de núcleo. Por eso son todas diferentes, pero hay grupos parecidos si se originan del mismo tronco.
Algunos tienen más sentido, otros más sensación o percepción. Los hay obsesivos, desordenados; personas que sólo ven una parte y otros que no ven ninguna. Se comenta que algunos se alimentan de varios hilos a la vez, y que son los marcados por el lado oscuro, porque pueden agarrarlos e ir aproximándose cada vez más a un principio que es a la vez un final sobreescrito.
La mayoría sin embargo tienen la vista puesta en un cielo que no es tal y como lo ven, porque las partículas atmósfericas y la incidencia de la luz evitan una visión "real" de lo que hay en lo que ellos denominan aire. Y nosotros, desde aquí arriba, observamos sin ser vistos al nido de bichitos enjambrosos que se mueven ahí abajo. Y nos sentimos vistos desde otro arriba... Y tenemos filósofos nihilistas con sus teorías al respecto, historiadores que recrean un principio de nuestra tarea como observadores y matemáticos que quieren encontrar una explicación numérica.
Y mi vecino del quinto sótano se ha comprado una escopeta de aire comprimido para ver qué pasa si se dispara a sí mismo y es absorvido por el vacío que genera esta arma sorprendente. Piensa que a lo mejor lo transporta a una dimensión paralela. Si tiene suerte, perpendicular. Hemos quedado luego, a ver qué pasa. Por si acaso, no abráis los grifos hoy.

miércoles, 18 de agosto de 2010

No consumo lo que puedo pagar

Arañando la tierra en un bosque frondoso que había en la calle de al lado, encontré el mensaje que había metido en una botella de Jack Daniel´s una niña pequeña. Con las pinzas de extraer objetos extraños del cirujano diplomado del barco de enfrente saqué la hoja mojada por el agua de río donde flotó durante años, y leí una jerga comprensible sólo por miras infantiles y por adultos que no guardan un niño dentro, pero siguen siendo ellos mismos en las largas tardes de invierno que se dan en primavera.

"Una ojita rota",
un pocito de agua,
un ojito a la mitad.
le bibi se le echa agua
el bibi de leche"

Como se supone que los niños no "entienden", y por eso se habla delante de ellos como si fueran sordomudos o no captaran sentidos emocionales, me pareció una buena prueba para demostrar que los sentimientos no entienden de edades, que sólo las sensaciones pasan y las emociones cambian. Pero cuando terminé mi tesis docotoral en la Facultad de prestigio dudoso, porque es mejor ser informático, se promovió una manifestación de bebés e infantes abortados por su deshumanización prenatal. Y el portavoz traía el resto de la nota, que siempre estuvo expuesta en el museo de arte contemporáneo bajo el pseudónimo de un tal Dalí:

"Canción nanana
cuando es toi sola
lo odio"
"Hoy ha sido un dia muy duro,
bueno para mi cabeza"
"Un pozo. Es un poco precioso"
"Canal sur el mejor"
" Tiene un mono y el mono es muy feo"
"Mi vida es muy espantosa, cobro para mi"
"Hoy he visto una cigueña"
"Porque hoy ha sido el dia mas duro de mi vida, hoy. Jueves"
"Una bez mas a buelbo acer lo mismo eso no se puede acer angeles que quaen del cielo"
"Señor gracias por darme mida"
"Cancion: guan chu fri for ¿es de loco esta casa uuu guan"

Al oir estas palabras, los hermanos mayores y pequeños y los seres que aún guardan sentimiento carente de respuesta se han unido a la concentración, y han decidido formar un partido para las próximas elecciones. Pero como los buenos políticos ya están cogidos para ser cabeza de listas, y ya hacen y deshacen, se han disuelto porque más vale una colorá que cien amarillas, y cada uno se ha ido a su casa dejando que sean los entendidos en cuestiones morales los que tomen decisiones importantes por la sociedad de no consumo lo que puedo pagar.

lunes, 16 de agosto de 2010

Cuerpo deshechable

Las aristas de mi cuerpo se han afilado con el paso de los años y defienden verdades ocultas para el ojo ajeno y propio. Las redodences se han perfilado dando paso a cantos con caídas eternas en abismos donde no hay ni principio ni fin ni ningún Hamlet discutiéndose a sí mismo su existencia.
Las profundidades semejantes a lagos que se forman entre acantilado y acantilado siguen sin saber de sí mismas, pero tienen certeza de su ser en una vida breve, que dura el tiempo de un desnudo.
Al caer por su propio peso certezas basadas en prejuicios inconexos, la discusión en entregas extracorpóreas no ha llegado a conclusiones certeras por falta de base. Cada articulación se esfuerza por descoyuntarse demostrando a sí una vida propia, diferenciada del resto porque no han sido aún presentadas.
La convicción cada vez mayor de una busca de perfección en los ojos de enfrente, ha disfrazado discursos verbales que se contradicen con ritmos corporales difícilmente explicables sin remitirse a raices genéticamente enlazadas con tribus que conjuran espíritus corruptores de cuerpos sin alma que se abandonan en lugares oscuros de luces chillonas, donde la música que imita al corazón materno late al ritmo de redodences estudiadas y huesos afilados.
Me contrapongo como unidad pensante porque mis aristas y mis profundidades siguen evolucionando sin llegar a más acuerdo que el de devorarse a sí mismos por falta de... aún no lo hemos decidido.

sábado, 14 de agosto de 2010

La vida a marchas forzadas evita elecciones y fuerza acciones

Mario vive la vida a marchas forzadas. En casa de sus padres no se pueden pisar las alfombras que pueblan el suelo de toda la casa, así que se fue a un piso donde la solería siempre está brillante porque no deja que nadie entre con zapatos. La mancha se extiende a tal velocidad por dentro, como un carcicoma, que tiene que evitar por todos los medios que fuera no esté todo impoluto.
Decidió hace tiempo vivir al día, y sale cada mañana a trabajar y cumple su obligación. Pero por las tardes y los fines de semana tiene muchas horas por delante. Imagina una vida de aventuras, donde cada hora sea una sorpresa. Y a veces desea una vida tradicional, con una familia que le espere cuando llegue a casa. En otras ocasiones, solo le espera una mujer que le acompaña en sus viajes; a veces no hay trabajo... y así sucesivamente; porque no iba a dejarse atar por ninguna vida en concreto para poder vivir la suya, así que puede imaginar todo lo que se le pase por la cabeza, ir a actos, eventos y hacer viajes múltiples. Y pasar días enteros fantaseando. Cualquier cosa menos tomar una decisión con consecencias a largo plazo. Cuaquier cosa.
Un sábado se levanta, abre su ordenador y escribe "la vida a marchas forzadas evita elecciones y fuerza acciones"... elecciones, acciones... y con cincuenta años, el pelo cano y principio de barriguita se da cuenta de que eligió no elegir. Y que actuó mucho, sí... vió atardeceres, viajó, paseó y tomó mucho café. Actuó. Pero no puede sentirse orgulloso o jodido por lo que eligió, porque su elección fue no hacerla; ya no sabe si él pasó por la vida o la vida por él.
Se prepara un te, se sienta en el jardín y se para a pensar si va a decidir o no. Y se dice a sí mismo que mientras está viviendo.

viernes, 13 de agosto de 2010

Frase conversa

Frase conversa en verso al pronunciarse
por obra de duendecillos alados
que corren y te piden que no tases
sentimientos troceados en dados.

Pensamientos te llevan a que traces
verdades como puños en un rato
que se disuelve al chocar en la pared
de la verdad de un momento pasado.

Callo y hablas, escucho roto silencio.
Mentira hecha verdad, verdad mentira.
Beso y caricia se derraman limpios.

No levanto la vista por si miras
y ves mirada inocente de niño,
que ya sólo busco amor en sonrisas.

jueves, 12 de agosto de 2010

Uno tras otro

En la verdad mentí.
Arañé un coco que al abrirse me cegó con una blacura tan llena de nada que me sumí en una ceguera negra como el asfalto más caliente.
Recolecté con una segadora verde todos los tallos antes de que crecieran para que los parcelistas no sacaran a sus hijos del colegio para que ayudaran en el campo nunca más.
Devolví la voz a hombres autistas para que gritaran verdades acusadoras a madres gritonas que servían de tampón bucal a padres castrados por exceso de erección homosexual.
Eliminé de la carne de prostitutas de carretera lactantes de bazuco las cicatrices de puñaladas en la última violación con rapto a lo Perséfone.
Llevé a una niña preciosa escondida debajo de una capa de churretes y de pelos grasos a quien todos acusaban de seducir a su padre al patio de colegio que regenta Mary Poppins.
Condené en juicio sumario a una mujer maltratada subvencionada hasta las cejas por romper los tímpanos de sus cuatro hijos pequeños.
Me presenté en la puerta de la persona a quien más quise y le curé todas las heridas con ayuda del 061, equipo especializado en traumas con herida abierta.
Recé plegaria tras plegaria en un susurro obsesivo, bajé al fondo del océano para buscar el coco y lo subí a la montaña más alta. Y cuando conseguí abrirlo, segura de la gloria; escuché lo que más temí oir en los años de maratón olímpica de Japón.
En la verdad mentí. En la mentira verdastes. Cobardía tras cobardía te hicistes valiente; valentía tras valentía te hicistes cobarde.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Seguidilla de lo intangible

Te lo cuento en silencio,
silencio roto
visto en límpido vacio
sin quedar poso.

Canto leve murmullo
en labios secos
cuando ignoras susurros,
sólo ya restos

de lo que nunca ha sido;
sólo fantasia
matada por un tiro.
Certera risa

que escapa loca a veces
en albas plenas,
ilusas de que crece
vida en arena

yerma por lo perdido.
Yo te lo cuento,
tú duermes sueño justo.
Sólo ya el resto.

lunes, 9 de agosto de 2010

Hefesto

Junta las manos intentando una oración, pero no se le ocurren palabras. Hila pensamientos con el viento que ha abierto la ventana, cuando son suficientes los tiende al sol de la mañana. Sueña cuentos infantiles, pero cuando se los cuenta al duende que lo visita le dice que son pesadillas. No aprendió a diferenciar amor y odio, así que se rodea de una mezcolanza difícilmente soportable por el capitán Garfio, con quien vive desde hace cuatro meses.
Cuando va a por el pan se equivoca trayendo cuñas de chocolate y no puede mojar en la salsa de menta que le prepara su madre en el sótano todos los días, así que acaba haciendo una mezcolanza de comida en la que se combinan cosas impensables para Rompetechos, que como no ve bien hay veces que se confunde y acaba con indigestión por tragarse un combinado de rabia con afecto sazonado con dolor de hígado.
Hace dos días intentó hablar son Servicios Sociales para que le dijeran cómo podía solucionar su sitación de orden in extremis, pero le dijeron que allí sólo se echaba una mano a personas con redes sociales estables. Y, para más inri, cuando colgó se dió cuenta de que no tenía línea.
Ha dormido una siesta que ha durado dos noches incompletas, al tercer día se ha levantado con el olor a cerveza del vecino de al lado. Se ha sentado en el porche de Tenessee que comparten en la ciénaga vacía, y la salida de sol se ha parecido tanto al ocaso que se ha desmayado en una pérdida de conciencia tal que la anoxia ha durado dos segundos completos.
Desde la cueva en la que hiberna los veranos australes ha decidido meditar una vida menos completa, y envía cartas a amigos que nunca lo recuerdan.
Hefesto se odia por ser feo, pero en su cabezonería se niega a la cirugía. Ya no espera el fin de los días, forja una vida a base de sentimientos desde que perdió la fuerza por culpa de Afrodita.

domingo, 8 de agosto de 2010

Corpus corporis

Hoy me siento valiente y reivindico un cuerpo.
El mío. Y el tuyo si quieres.
Me reinvento naciendo de mi ombligo
y me expando en unas dimensiones que caben en tus redes.
Admito mis pliegues y mis honduras,
adoro mi suavidad y dejo que mi pelo seque al sol
verdades como puños, paro mi rebeldía con un beso
y detengo así pensamientos como dardos.

Hoy me siento valiente y no quiero verme fragmentada.
El espejo nunca me devolvió una imagen completa
porque no puedo verme entera, aunando belleza e imperfección.

Meto en una cajita tus cánones, tus imágenes
de mujer imperfecta que se te ocurren cuando me ves;
mis horas de ejercicio, el hambre de días de ayuno
porque no hay comida y la desesperación por un bocao de cariño.


Tengo más años. He perdido y he ganado,
porque ni soy un buen vino ni un Don Simón.
Soy una mujer. Óyete a tí misma, óyeme...
una mujer.
No tengo defectos; soy lo que somos,
y me envuelven músculos, carne y piel que rodea
a unos huesos que me sostienen.

Cuando te acaricio no toco sólo una carne macilenta
que se corromperá con el paso del tiempo.
Rozo tu esencia, intento que duela menos aquello que pasó
y que dejó unas cicatrices que son tú
en un cuerpo. Tu cuerpo.
Cuerpo corporal corporizable.

No somos retornables

Lazos que atan a una huida que es una vuelta al inicio.
Miedo al miedo nocturno, miedo al desaparecer oscuro.
Muerte que no alcanza, vida que no llega,
carrera desbocada de cruces en los que no pararse
para no estar cuando el tren venga.

Entradas y salidas de innumerables taquillas
para almecenar tickets que justifiquen cúmulo de experiencias;
pensar viviendo; vivir soñando una vida que se maquilla
con los restos de la paralela vacía.

Silencios llenos del pesar del paso de un tiempo
que nunca es bastante en el hastio de las horas sin sentido,
odres de leche fresca cuajados de promesa corrupta
del vino avinagrado.

Vida en muerte, muerte en vida.
Necesidad de experiencia que mata semillas
germinadas en campos baldíos de esperas empujadas
a un camino incierto pero conocido.

Ratas, serpientes, insectos y arácnidos,
cucarachas que llevan almas a un Hades
que se esconde en la puerta del armario
que se queda entreabierto en noches
cortas y días nublados.

Luz brillante en un espacio anodino,
mesa llena de nada
silla vacía de todo.
Interruptor en cuatro tiempos.

sábado, 7 de agosto de 2010

Selene

Selene está en un patio de colegio en una fiesta de fin de curso con unas compañeras que no querían que estuviese ahí. Ésta vez, el recinto abierto se convierte en la cancha de baloncesto de una Facultad cualquiera. Entra por una de las puertas laterales, que se abre a un pasillo mal iluminado por el que de vez en cuando pasa alguien andando rápido, todos se dan mucha prisa y evitan mirar uno de los lados, donde hay una reja semicircular grande.
Selene se acerca a ella sabiendo que es imposible no hacerlo, porque lleva años preparándose para este momento. Abre la puerta encajada hecha igual que la verja y entra en la galería de los presos que nunca escaparán. Tras unos metros de ocuridad, una luz cálida alumbra una oquedad central llena de agua de alcantarilla que separa dos secciones verticales de tres pisos dividos en innumerables celdas, algunas abiertas. En cada una se encuentra un suicida diferente, y un olor a suciedad y podredumbre se respira en un ambiente límpido como el agua cristalina. Uno de ellos sigue colgado del techo en el que se ahorcó, y parece que sonría. Otro se clavó un cuchillo; más allá alguien se cortó unas venas escuálidas, porque los gordos nunca se matan así. Cuando mira a su derecha, ve a un discapacitado intelectual estrábico de los dos ojos y con la columna curvada a la altura de las cervicales barrer un pasillo ennegrecido por el paso de los años y la muerte; y le sonríe como si los dos compartieran un secreto que a ella se le ha olvidado.
No sabe si ésto quiere decir que quien se suicida pasa a una muerte encarcelada, o si por el contrario se le abren las puertas, como las de las celdas de su alrededor. Por si las moscas, cuando sale va al cerrajero y se compra una llave maestra y un llavero grande.
Y cuando coge el cambio, cae en la cuenta de que todo el problema está en su nombre, así que mañana mismo tiene cita en el registro civil para cambiárselo e intentar escapar de una galería que se encuentra siempre a la izquierda en todos los edificios en los que entra.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Sangre

La luna se ha hecho pequeñita cuando ha mirado al mar. No encuentra hoy su reflejo en el agua, por más que mira, y ha empezado a sangrar con un corazón del que mana un agua azul y fría. El charquito que ha formado se ha ido congelando al tocar la masa de agua en la que caía. Cuando el sol ha salido, se ha limitado a hacer lo de todos los días y ha derretido el sentimiento en el que se ha vertido su antecesora. Y así día tras día.

Me duele adivinar tu sufrimiento más que ninguna otra cosa en la vida. Lo escondes en un apretar de labios y en un ceño fruncido, y así lo derramas en una expresión lacerante de dolor profundo; el que sólo siente quien tiene un corazón de verdad, forjado a base de vidas.
Te admiro. Veo tu capacidad cada vez mayor de afrontar las cosas; el intento de dar a cada uno lo suyo sin traicionar tus ideas ni a tí misma, pese a quien pese y cada vez con más capacidad de querer y de comprender hechos y motivos.
Tu cuerpo tiene una capacidad de expresión sublime, y no eres consciente de tu belleza ni de la vida que trasmites. Borraría cada uno de los momentos que no te mereces; daría mi sangre por tu tranquilidad, pero así sería como el sol que borra la noche anterior, y tú no serías quien eres. Y eres. Estoy orgullosa de eso como de ninguna otra cosa, y me duele casi lo mismo. Veintiún años de conocerte son un regalo para el que no tengo compensación.

martes, 3 de agosto de 2010

Edades balconadas

Desde el balcón de sus trece años Amalia observa impaciente una playa que se está llenando de promesas. Pero su madre no la deja bajar todavía, es demasiado temprano. Se acostó pensando en el peinado que va a lucir, pero lo cambiará en la orilla en incontables ocasiones para que acompañe al estado de ánimo que quiera reflejar en cada momento; sintiéndose observada por decenas de pares de ojos de adolescentes con experiencia, que la salvarían sin dudarlo de cualquier situación peligrosa. Y hasta el final de la tarde no es consciente de que sólo está rodeada de cuatro amigas con la mismas fantasías y de incontables sombrillas en las que se protegen matrimonios de la tercera edad y familias jóvenes. Al sol sólo hay mujeres que se asan en un vuelta y vuelta soporífero.
Hombres de todas las edades pasan mirando al grupo de féminas incipientes que arma jaleo intentando llamar la atención de un vampiro que quiera protegerlas eternamente o de un hombre lobo que las quiera con pasión desmedida. Pero sólo se encuentran con esas miradas lascivas de cincuentones consumidores de viagra con sus mujeres.
Después de una ducha rápida y una cena improvisada,han quedado con un grupo de adolescentes en el patio de su hogar vacacional; y aunque empiezan estrenando miradas de mujer fatal con chavales que se apoyan en la pared sacando pecho, acaban jugando al escondite para sentir la emoción de la busca y el agarrar de la ropa. Si hay suerte, algún enfrentamiento físico que revolucione hormonas.
Amalia mira la playa desde el balcón de su infancia terminal, y desde el balcón de enfrente la mujer que será le hace señas para que deje de mirar el horizonte y se concentre en su mirada en el espejo. Y con tanta seña, no ve la anciana de tres piso más arriba, donde se adivina el secreto de una vida que rompe en lágrimas de consuelo y desgarro por las tres que fueron y las cincuenta que se quedaron en el camino.

lunes, 2 de agosto de 2010

Nunca lo sabremos

No te lo conté porque no querías escucharlo. La espiral de pérdidas y abandonos era demasiado grande para expresarlo en palabras. Todavía no ha parado. Entregas falsas a personas incorpóreas empeñadas en ser un cuerpo acompañado de un alma que aún no ha evolucinado lo suficiente en reencarnaciones repetidas por falta de integración conceptual.
No te lo conté porque sólo veías tu falta, y no eras consciente de mi ausencia escondida en atenciones, mensajes, llamadas y citas a ciegas despues de conocernos casi una década.
No te lo conté porque no lo entenderías. Hay cosas para las que tiene que haber distancia emocional. O la posibilidad de ver existencia en quien tienes enfrente. Y eso no es posible si te dedicas a buscarte en la inmensidad de la nada que has ido extendieno en años de dejadez.
No te lo conté porque no me interesaba. Sabía cómo terminaría, y no quería cargar la responsabilidad. No te consideré interlocutor válido, fundamentalmente porque tú no querías oírlo.
No te lo conté porque no te interesaba. No te interesé. Maquillé realidades como sólo yo sé hacerlo; sin que se note. Tan bien que tampoco tú te distes cuenta de las capas que se superponían.
Siempre supimos que era ave de paso, no hay forma de quedarse donde no hay nido que te asegure o te abrigue. Siempre hace frío en estas tres décadas en las que se han sucedido veranos amargos y Navidades tristes. No te lo conté, porque cuando intenté hacerlo me encontré haciendo un brindis al sol. Y a mí no me gusta el champán.
Y escucho a Serrat, tomo el sol y disfruto de noches estrelladas con brisas con aroma a infancia. Y tengo menos dinero. Menos chuches y zapatos nuevos. Pero más contacto con quien bien me quiere, y una chispita que me niega la rendición napoleónica. No me gustaría vivir en una isla.

domingo, 1 de agosto de 2010

Lucía

Lucía mira a la luna que antes parecía llena, pero el cielo se ha nublado con el avance de la madrugada y sólo se ve un tenue resplandor que pelea por brillar debajo de lo que parece la espuma blanca de un algodón de feria. No hace frío al lado del agua; el bochorno aumenta al acercarse a los árboles que la rodean.
Oye a lo lejos las palabras que parecen venir de ninguna parte, aunque quien las dice esté apoyado en ella. El vacío de escuchar lo que se supone que corresponde con la situación casi consigue que empiece a ser consciente de su propio cuerpo desde el abismo de la nada. Pero sonríe, y así conjura una situación que sólo llevaría a días de hastio. Por un momento, tiene que reprimir las ganas de romper la atmósfera que no ha llegado a cristalizar con palabras que muerdan esa niebla que parece que lo envuelve todo, a pesar de que aún no haya bajado del cielo estrellado y todo sea nítido; nítido y envuelto en sombras en las que puede esconderse sin desaparecer.
El haberlo sabido detalle a detalle antes de que pasara le hace adivinar un posible pasado imaginado que en cualquier caso se hizo real, y las líneas temporales que podrían haber sido o que son sin ella saberlo.
Le parece oir a lo lejos que no es momento ni día de hablar... qué le queda entonces, si Lucía está hecha de palabras, si lo que siente siempre va acompañado de millones de historias...
Intenta alargar la mano en la espesura blanca que empaña sus ojos y acariciar una realidad tangible, pero el silencio o los susurros estudiados le impiden rozar aunque toque.
Esta vez no vuela esta canción para tí, Lucía.