viernes, 10 de septiembre de 2010

Silencio

Ingmar Bergman



dichos los silencios
quedan
palabras calladas

enumerados
los cariños
obviamos
desencuentros
buscados

mi grito se cae en una garganta muda,
tus palabras resbalan por una lengua húmeda
a un esófago inerte de miedo,
apestoso de ira.

resuelto el conflicto
duermo una siesta
hasta que oigo tus chasquidos

y

olvido oleadas de rabia
vividas con asco a mí misma
dominadas por un yo que no reconozco
(pero que recuerdo).

despierto a una realidad poco hecha;
me pongo el delantal
y vuelo con las golondrinas que odiaban a Bécquer.

Recógeme en la puerta, que te espero con dos maletas

huesos
porosos
tintinean en el bolso

2 comentarios:

Maritza dijo...

El silencio de los quiebres
el no de las caricias
el basta a la no vida diaria...

Y a veces volvemos a empezar en el mismo escenario, con los mismos actores gastados.

No sé si tenemos mucha fe... o no aprendemos nunca.

Profunda entrega, Elena.
Besos! y que tengas un fin de semana hermoso!

Anónimo dijo...

Las llaves nunca estan en su sitio
Tu casa no lo es
Me da miedo cruzar el puente