Ingmar Bergman dichos los silencios
quedan
palabras calladas
enumerados
los cariños
obviamos
desencuentros
buscados
mi grito se cae en una garganta muda,
tus palabras resbalan por una lengua húmeda
a un esófago inerte de miedo,
apestoso de ira.
resuelto el conflicto
duermo una siesta
hasta que oigo tus chasquidos
y
olvido oleadas de rabia
vividas con asco a mí misma
dominadas por un yo que no reconozco
(pero que recuerdo).
despierto a una realidad poco hecha;
me pongo el delantal
y vuelo con las golondrinas que odiaban a Bécquer.
Recógeme en la puerta, que te espero con dos maletas
huesos
porosos
tintinean en el bolso
2 comentarios:
El silencio de los quiebres
el no de las caricias
el basta a la no vida diaria...
Y a veces volvemos a empezar en el mismo escenario, con los mismos actores gastados.
No sé si tenemos mucha fe... o no aprendemos nunca.
Profunda entrega, Elena.
Besos! y que tengas un fin de semana hermoso!
Las llaves nunca estan en su sitio
Tu casa no lo es
Me da miedo cruzar el puente
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