Se busca a sí mismo
en un mundo
repleto de información basura.
Configura líneas de actuación
que visualizó
jugando con la granja de los playmobil
y con scalextric con seis años.
Se encuentra en conceptos
manidos para seres como él;
demasiado complejos,
demasiado intuitivos,
demasiado sensibles.
Persigue una felicidad perpetua
en las personas que le duelen,
porque ya vió tristeza por cuatro vidas.
No soporta ceños fruncidos
escondidos en sonrisas musculadas
con exceso de piel;
espera risas que le contagien,
a ver si identifica fuera lo que
no sabe si siente dentro.
Esta santa trinidad
pertenece al lado oscuro,
donde siempre hay más,
siempre hay más,
siempre hay más,
siempre
hay
más
Algo aprendí;
ya no necesito un hermano mayor.
en un mundo
repleto de información basura.
Configura líneas de actuación
que visualizó
jugando con la granja de los playmobil
y con scalextric con seis años.
Se encuentra en conceptos
manidos para seres como él;
demasiado complejos,
demasiado intuitivos,
demasiado sensibles.
Persigue una felicidad perpetua
en las personas que le duelen,
porque ya vió tristeza por cuatro vidas.
No soporta ceños fruncidos
escondidos en sonrisas musculadas
con exceso de piel;
espera risas que le contagien,
a ver si identifica fuera lo que
no sabe si siente dentro.
Esta santa trinidad
pertenece al lado oscuro,
donde siempre hay más,
siempre hay más,
siempre hay más,
siempre
hay
más
Algo aprendí;
ya no necesito un hermano mayor.
3 comentarios:
Un ser complejo, por lo que veo...
Dura sentencia esta: "Persigue una felicidad perpetua
en las personas que le duelen"
(Con los scalextric me acordé de Serrat!)
Abrazos,Elena.
Y un beso desde Chile.
:)
Nos pasamos la vida buscando esas verdades; fuera y dentro, y cuando creemos alcanzarlas... se evaporan.
Un abrazo
Lo que más molaba era el Fuerte de Play Mobil, porque adjuntaba un mini-cañón que lanzaba mini-balas de cañón. Al final nos lo pasábamos enzarzados en batallas medievales atrincherados tras montañas de libros-ropa-almohadas, lanzándonos mini-balas de cañón.
Los juguetes siempre eran un "pretexto" para empezar a jugar, pero pronto eran superados en la vasta dimensión de la imaginación por nuevas expectativas.
Hasta que llegaron las video-consolas, en fin...
Tiene gracia, lo que recuerdo con más cariño, lo más divertido de todo, ni siquiera era el juego en si, sino toda la parafernalia anterior, establecer las reglas, diseñar el juego, el escenario. Más tarde, cuando el juego adquiría su representación, movimiento y velocidad, perdía parte de su encanto...
Un beso, guapa
Publicar un comentario