Que no quiero. Que no me da la gana.
Y si quieres te lo digo más fino;
que no me sale del alma.
que no me vendo
que no me callo
grito, argumento, me peleo,
te lo digo, lloro y repito...
dormidas
las azaleas
de color rimbombante
soñados
los momentos
que esperé
y que no disfruté cuando llegaron
vivo en la angustia constante
de saber
que ésto no puede continuar a menos que prosiga.
Y te llamo.
Y paso cuatro días sin hacerlo.
Imagino tu cara con
esos ojos redondos
girando sin parar
y una mano en la frente
agostada por el paso
de toda una vida peleada
con lo impuesto;
que se hace concesiones,
como los cereales integrales
o la alternancia de años normalizados
con vida extraña.
Planeamos:
pulsar el botón de destrucción del mundo
(bueno, lo planeé yo;
tu defiendes...
no sé qué defiendes)
tirar la toalla
suicidarnos
arrojarnos desde el andamio donde
unos albañiles se dejaron un transistor
con radio-olé toda la noche encendido,
tomar antidepresivos (y antipsicóticos,
pero nos decidimos por los antiepilécticos)
matar a alguien
empezar desde el principio
intentarlo
probar con nuevos hombres
estar con el que no podemos
usar perfume de cien pavos para ir al súper
Nos queda:
Tú allí.
Yo, acá.
Tenemos:
encuentros furtivos
a escondidas de la mirada normalizada
degeneración macular...vista cansada
Somos tan diferentes
que servimos
para cualquier cosa.
http://www.youtube.com/watch?v=JCjLQYEHJaQ
2 comentarios:
Excelente texto, intenso a rabiar, el hablante buscando HACER ALGO, aborreciendo lo plano, lo estático y gastado...
Otro escrito que trae consigo la fuerza del útero!,Elena.
Tienes TANTO que decir!.
La verdad, no me arrepiento ni un segundo de haberte encontrado, casi al azar...si no fuera porque no creo en el azar...
Un abrazo desde Chile, con mi admiración sincera.
Al menos la radio dejó de sonar(pá habernos matao), saltamos de ventanas a tejados, fregando las baldosas imposibles de azoteas sin espacios para cubrirse...ya no somos histéricas, mejor nos abofeteamos.
Beginage.
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