domingo, 26 de septiembre de 2010

Dos desconocidos

Después del momento
llega el instante,
y rato a rato
se crean senderos
que no puedo borrar
con una goma milán.

Adoran a la gran esponja
que todo lo absorve,
que se lleva el primer signo de vida
dejando a cambio un vacío
que intentan sortear
inmolando chucherías de colores.

El dios que se quedó huérfano
porque en un brote psicótico transitorio
se creyó edipo rey,
se vació los ojos
para no verlos más
y se estalló los tímpanos
intentado ahuyentar
todas las oraciones
a grito limpio.

En el pozo de los deseos
donde ellos tiran las monedas
se esconde la última huérfana
que nació de un huevo
y calla cada una de sus palabras
a cambio de un silencio
que se desgañita
en una garganta rota
que sólo oye
lo que quiere huir.

Sabiendo lo que sé
y obviando lo que olvido
reúno lacasitos a modo de palabras edulcoradas
que pago al precio de la heroina más pura

froto el polvo blancuzco de cal en mis encías
de mujer mayor
rezando a un omnisciente ciego, sordo y mudo
en busca de una calma sostenida.

Y en un diálogo morse,
mi dios y yo llegamos a un acuerdo;
se inviertieron las tornas,
y somos dos conocidos
en el proceso de desconocerse.

http://www.youtube.com/watch?v=QJvCeMq_8RY

3 comentarios:

Maritza dijo...

Terrible y dramática imagen de un dios... personal y subjetiva. Muy respetable.
Fuertes tus versos, querida Elena.

Bendiciones y un día maravilloso para ti!

Maritza dijo...

Felicitaciones también porque cada día veo a tus seguidores en aumento!...

Bien por eso!

ABRAZOS.

Pablo Hernández M. dijo...

saludos desde el otro lado del mundo! desde ahora te sigo