Yo. Ellos.
Así de fácil.
Y en medio un nosotros.
Soy espejo. Y base.
Espejo donde mirarse y
donde poner lo que no te gusta.
Base en la que pivotar.
Y te dejas ir mientras
te doy la mano,
porque sientes el vértigo
de lo que nunca has visto;
y un nuevo orden se despliega
arrasando prisiones impuestas.
Pero cuando te suelto
me exiges que esté;
y de las exigencias
siempre me cansé muy pronto.
Sin saber si alguna vez lo fui;
sin comprender por qué cambié;
me muevo entre razones confusas
para explicar que no siento qué es enamorarse
(y siempre fui la que sabe querer).
Me rebelo contra los poemas de amor,
huyo de las mariposas y las flores de color;
el querer es un estado, el amor un rasgo caracterial,
y el enamoramiento una sensación de incompletud
que se sacia en otro.
Sexo lo tiene cualquiera.
Me veo en unos ojos
que dejan de ser opacos unos segundos
y tiendo una mano
que se retrae instantaneamente
cuando la rozan.
sin comprender por qué cambié;
me muevo entre razones confusas
para explicar que no siento qué es enamorarse
(y siempre fui la que sabe querer).
Me rebelo contra los poemas de amor,
huyo de las mariposas y las flores de color;
el querer es un estado, el amor un rasgo caracterial,
y el enamoramiento una sensación de incompletud
que se sacia en otro.
Sexo lo tiene cualquiera.
Me veo en unos ojos
que dejan de ser opacos unos segundos
y tiendo una mano
que se retrae instantaneamente
cuando la rozan.
Cansada de batallas perdidas de antemano, de vueltas que se quedan en semicircunferencias perfectas; de hacer acopio de energía para perder un resuello que es demasiado preciado y costoso como para dejarlo ir.
Cansada de teorizar y de planear golpes de estado al orden general desordenado.
Capaz de pelea constante, de discutir sin dejar de hacerlo.
Resto los noes al único sí que sirvió durante décadas
y espero respuestas a una pregunta que no me atrevo a formular.
Cansada de teorizar y de planear golpes de estado al orden general desordenado.
Capaz de pelea constante, de discutir sin dejar de hacerlo.
Resto los noes al único sí que sirvió durante décadas
y espero respuestas a una pregunta que no me atrevo a formular.
Capaz de gastar horas mirando cómo cae el agua del grifo,
atesorando una visión infinitesimal de un espacio finito.
3 comentarios:
¡ Vaya una personalidad que tienes, Elena!( para bien). Me encanta la gente que se muestra tal y como es. Es increíble lo que transmites a través de tus palabras.
Cuando a las personas nos dejan libres, tendemos a marcar un territorio para sentirnos a salvo en él, pero si nos atan y nos exigen... volamos tan lejos que olvidamos el camino de regreso para siempre.
Un abrazo.
Nos vemos.
Puro y transparente.
Poderodo.
Desde las entrañas.
De la sinceridad de una mujer hastiada de apariencias, de buscar imposibles, de entender que no le pertenecemos a nadie. Que no somos "media naranja" de nadie, Elena! Somos naranjas completas...
"Me saco el sombrero" ante tu calidad y capacidad expresiva, Elena.
Te felicito, y si tu vida real la logras llevar como lo escribes hoy...debes estar marcando un destino (difícil de hacer, no me cabe duda) para ti y para otros, que van a aprender de tus pasos firmes sobre la tierra...
Capaz de gastar horas mirando cómo cae el agua del grifo.
"Qué extrañas son de pronto las cosas cotidianas:
qué extraños los vasos bocabajo, las cucharillas,
el color del pan, las dóciles servilletas. Qué extraño
el frigorífico. Se mira fijamente, largamente, las puntas
de los zapatos y se siente absurda: siempre escapando,
esperando, postergando. Sabe que su conciencia no es
nada más que una anticipación de la opinión ajena;
sabe que una gallina sin plumas sigue siendo una gallina,
pero no acaba de convencer a nadie."
http://jonenjur.blogspot.com/2009/12/paula-parcial-parcial.html
Ahora, elige una hora y un lugar...
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