martes, 6 de julio de 2010

Jamás pienses que no te quise lo suficiente. Desde mi cama fui decenas de veces a comprarte tus primeras prendas, en el trabajo hice miles de listas mentales de lo que necesitarías los primeros meses. Has nacido de parto natural, de cesárea y con epidural. He tenido un embarazo "muy bueno", como el de las madres que no se enteran de lo que tienen dentro, y me ha pasado nueve meses con náuseas matinales. No he querido saber nada de tí hasta que llegastes, y me he hecho todas las pruebas para conocerte antes de verte. Te he alimentado con biberón porque no era capaz de amamantarte, y te he dado el pecho diez meses. Has ido a las mejores guarderías, y me he quedado contigo los tres primeros años, haciendo puzzles, jugando a las casitas y comprando en la plaza verduras. He sido madre soltera que lo ha afrontado todo; tu padre ha sido mi mejor amigo, y me casé para darte un entorno seguro. Te he guiado porque tienes una madre intelectual y has sido artista, y te he dado libertad para que no te sintieras influido. Te has casado y vives cerquita mía, y paso mi vejez con tus hijos. Te has ido a trabajar a Nueva York, y yo paso las Navidades contigo porque allí son muy especiales. Has hablado en mi entierro, y no has venido porque te dije que yo sólo quería que pusieran el tercer movimiento del Concierto de Aranjuez y que nadie abriera la boca.
Jamás pienses que no te quise; lo hice tanto que no fui capaz de hacerte pasar por todo esto. Te quise tanto que a costa del mayor dolor lacerante te dejé donde estabas. Te quise tanto que no puedo dejar de quererte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, elenita...acabo de escribir un mensaje a una antigua paciente que se marchó lejos, acabo de hablarle de las influencias del deseo-temor a la maternidad en sus sueños. A lo mejor hablaba de los míos, o de los tuyos o de los síntomas del mioma que vuelven. O de los hombres que son infinitamente amados por novias que nunca serán madres porque siempre lo fueron en exceso.Mierda de tetas grandes, culos potentes y úteros congelados de dolor.Te voy a comprar un castillo para que no entres nunca. Te quiero, chochete.

Elena dijo...

¿No podemos ponerle una puerta giratoria? Sólo para escondernos de vez en cuando...