lunes, 24 de mayo de 2010

13 de Mayo

Todo por amor. Y que lluevan ranas. Porque se puede no estar de acuerdo con que el fin justifica los medios, pero cuando se trata de compañía no hay ley. Ni límites. Es difícil diferenciar lo que se hace porque se quiere o por escapar de la soledad; o por sentir que hay una referencia a la que remitirse y en la que sostenerse. El problema viene cuando el sostén te queda grande porque tienes una 90 y te has comprado una 95. O cuando están demasiado descolgadas y te da vergüenza mirarte en el espejo. Porque lo peor no es eso; lo peor esque siempre han estado así. Que no te puedes remitir al paso del tiempo, que tampoco eres lo suficientemente mayor como para poder lucirlo con orgullo. Ni tienes un hijo tragón y mordedor al que culpar. Simplemente son así, y acostúmbrate o llora. O calla, que es muy molesto oir ruidos desagradables. Además, a quién quieres engañar; si no te miras es porque la celulitis va cada vez más para arriba y más para abajo. Porque eso sí que ha evolucionado con el tiempo, fíjate por donde. Primero se localizó en el culo, pero ya llega a los tobillos y empieza a trepar la barriga. Qué bien. ¿Me pone dos cajas más de cereales integrales y cuatro de barritas de esas que llenan? Pero eso sí; por amor todo. Por creer que cuando te desnudes y te mire no se va a fijar en esas cosas, porque te quiere. O aún están las más osadas, esque le gusta hasta eso de mí. Que digo yo que si le gusta hasta eso, chungo cubata. Que lo suyo sería encontrar a alguien a quien le guste, y punto. Claro, que entonces algo no cuadra, porque se supone que a los hombres les gustan las cosas firmes y lisas ¿no?... ¿tendrá un conflicto homosexual no resuelto? ¿se está engañando? ¡¿no me estará engañando a mí?!... porque creerlo no, que me confío y después duele más. Así que todo por amor. A matar por estar juntos, pero siempre pensando en que me estoy perdiendo la vida de verdad, donde la pasión real, en la que eres una heroína de comic que tiene su amor verdadero al otro lado siempre esperando queda fuera de la realidad de la lechuga y el pan integral.

Quiero un bocadillo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Y tu crees que las que se amojaman están en un lugar común o cercano a este.
Me paseo en cuclillas, vestida claro, en pelotas descubriría el puto helado de chocolate negro, cada día más negro. Escucho tus ruidos desagradables, me cuesta imaginar tu voz, tal y como suena en mi cabeza, cuando te leo. Cómo es posible que una amiga te mire y le guste, y no podrías ser de otro modo sin estropear tu belleza, aunque todos te vieran más bella y no pueda existir un hombre al le ocurra esto más de los diez minutos de prolongación forzada que permite/obliga el enamoramiento, o las drogas, o la desesperación oculta de no sentirse admirado???
Tiene que ser por algo más que por los polvos...que mira que yo los tengo en estima, pero es cierto Virginia, porqué este empeño, porqué me empeño.
¿Has visto el certamen de relato corto del COPAO? ¿tu crees que alguno lo entendería si enviaras tus textos?