martes, 20 de marzo de 2012

Justa


Elena Lechuga


Aunque he tendido en el cordel a pleno sol
las calles que hoy me he atrevido a mirar levantando los ojos de la acera,
el olor a humedad
(quizás sea podredumbre)
está pegado a las fibras de los edificios bajitos
en esta ciudad de planicies ficticias;
que cada bordillo es un Himalaya
y cada guijarro un Everest que no puedo escalar
porque no todas las piernas son las justas
ni todas las Justas son piernas.

Y mientras espero la verdadera batalla;
la luz que no sea caliente
pero que ilumine el momento del discurso sublime
en el que las palabras sean fuego que hagan arder la sangre
y los corazones bombeen ideas que se hagan carne,
tiendo calles y más calles,
oreo edificios y casas
oigo al portero,
al niño que va al colegio
hasta a la hormiga que no se cansa en su hilera interminable.

9 comentarios:

Johanna - juegos de Mario dijo...

¡Vivan los españoles! Hermosa poesía, hermoso contenido, hermosas palabras. Muy bonito el blog, saludos y éxitos.

vera eikon dijo...

Me encanta esa imagen. Tú tendiendo las calles, oreando edificios y casas. Es un poema muy visual. Un abrazo

Darío dijo...

El grito final es para no dejar de urdir caminos, nunca.

Tot Barcelona dijo...

Deberías volver a ojear el 2666 de Roberto Bolaño...también alguien colgó un libro en un cordel....

Humberto Dib dijo...

Me gustó este texto, el final es para gritarlo.
Un saludo.
HD

ladytacones dijo...

Hola Auryn, qué bueno volver a pasar por aquí...

JuanRa Diablo dijo...

Jopé, Elena.
¿Cuándo me firmas un autógrafo?

...que las palabras seas fuego que hagan arder la sangre...

ahí me has dao. :)

Florencia - juegos de chicas dijo...

Hermoso, alegre, vivan los españoles!

anuar bolaños dijo...

No espers más, la verdadera batalla es siempre YA!