domingo, 31 de mayo de 2015

Rimel Neffati


huecos cosidos tapando desvanes repletos
que entretejen la desazón de estar
cuando siendo es una incógnita inocua


una mano tapa la otra
y cada ojo se superpone
                                      - dentro, fuera -

cuando el negativo es la misma realidad
                                       sin piel

y la piel es la enemiga de sí misma


cuando
las manos leen el braille de los años
y siempre es más 
que todas las veces

3 comentarios:

Autógeno dijo...

Tras un tiempo de silencio sobre el que sería de horrendo gusto conjeturar fuera del teatro interior en el que cada cual apaga o infunde brillo a los otros, regresas por la puerta grande del jeroglífico.

Para mí, que soy incorregiblemente prosaico incluso cuando rapto alguna musa a la invidencia, estas enredaderas de significado refulgen como vértices de flechas incendiarias.

Mi más redondo respeto.

Eduardo León dijo...

Una mano tapa la otra....una mano acaricia a la otra...

Rio dijo...

El braile de los años, los incorregibles. Aquellos invisibles que son viento en la vida, y uno ni siquiera giró a mirar. Me encantó.