sábado, 26 de febrero de 2011



que los clavos de mis caderas caigan uno a uno con cada puñado de carne que firmes
 
que el velo que esconde mi mirada retadora se deshaga frente a tu transparencia

que mis labios sólo se guarden en tu boca

que mi piel se deslice en tus manos desarmándome con honor

que mi flequillo se enrede en tu pecho

que las palabras se apilen y ardan, que los dedos rompan

que mi cuchillo se haga hilo y el tuyo nos defienda a los dos

que las habitaciones sean estancias

que los sillones sean paz

que nos comamos los días

que nos intercambiemos la angustia

que rajemos las fórmulas mediocres
te quiero es vacío
te amo, rosa
te deseo, obvio

que conjuremos rimas asonantes y vivamos en cuerpos huecos que no dejan de estar llenos con un abecedario azaroso de destino incierto; el de sabernos.

jueves, 24 de febrero de 2011

Remites

Goya


Todo con - cuerda.
Atado con el nudo corredizo de la horca que me da sombra los días que me atrevo a abrir la puerta de la memoria.

Justo en el ecuador las casas se hicieron una, y de la cueva que hacía las veces de raíces escapó un cuerpo que más era un esqueleto con cabeza.
Al intentar matar lo profundo sólo conseguí abollarle la cara a sartenazos;
lo deforme no deja de ser materia.

Aunando lo orgánico a lo inasible he intentado grapar mis huesos a un escenario de mentiras atroces que se han hecho verdad a golpe de palabras, al repitir sin parar la fórmula mágica que copié en una convulsión a destiempo.
Sólo cuando la niebla se empieza a disipar he podido ver en el espejo que la imagen que me traje era el negativo irrevelable.

Aún así, admito que la artritis de mis sentideas tiene que ver con la ceguera desarrollada a destiempo. La primera mirada sobre cualquier cuerpo geométrico más o menos amorfo siempre me reveló sus aristas más escondidas, dejando los visibles huecos a un lado:
el tiempo no me da la razón, me quita el sentido.

Y después de darle muchas vueltas entendí qué quiso decir.
Padre, por qué me has abandonado

siempre fue un

Yo, por qué siempre me remites a mí

lunes, 21 de febrero de 2011

Orillas

Edgar Allan


La orilla ya no es la frontera.
Los colores son cuatro. Azul, naranja, verde y amarillo. Marcan inicio y fin en un sumatorio de muertes fluidas del mismo cuerpo. Se deslizan por debajo de la espalda como reptando; lenguas psicodélicas imitando una marea de ritmo frenético.
Se le sueña diferente encima de cada luz.
Se le sabe en un tiempo que no está.

Los dos pequeños (unouna) se mueven cada vez más despacio. Se acaban tumbando en la alfombra. No hay música para los que bajan y se atraviesan por una vibración que adormece al respirar y se fermenta en los huesos. Sólo separa los espacios un escalón. Pequeño.

Las botellas de cerveza son condones usados. La cama deshecha es agua turbia. Desde la mesa del desayuno no se ve el mar. En la de la cena no hubo alguien. Sólo vosotros.

Los estados se limitan por arenas fronterizas. Las costas han mutado en cortes que alimentan montañas imitando arterias de dudoso caudal. Sólo las pilas bautismales son parte de la liturgia; las naves laterales se han hecho nada y la central ha sido absorvida por la falta. De luz.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Pulmones huecos prestados

Pilar Gutiérrez


Cuando cerré la puerta ya era pronto. La noche había esperado al día, y la luna se derretía con un rayo de libertad que nació en un cuerpo demasiado pequeño.

Cuando abrí la boca la voz ya se había oído. Las vocales jugaban ociosas formando sonidos que caían sin consonantes que las sustentaran.

El ojo alterna una mirada sospechosa con la locuacidad de un movimiento errático definido para esconder en un párpado plegado el frío de un bisturí hervido.

Oxigeno mi dióxido con unos pulmones huecos prestados.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿ésto era?

Marta Sottile


digo un hablar en el que el sentido quedó suspendido 
en una consciencia de silencio fortuito

¿era ésto el día de la calle transitada por fantasmas?
¿era ésto el frigorífico vacío de leche caliente?
¿era ésto lo que había detrás del decorado?
¿era ésto la falta de espera?
¿era ésto la llegada de mí?

me habita una consciencia de sentido limitado
en un espacio infinito

jueves, 3 de febrero de 2011

apatrodianos

El Bosco


todo empezó cuando soñé que estabas muerto y te comía

compatriotas,
sus iris chorrean hambre de historia

apátridas,
sus manos les atan al poste en el que ahorcaron su origen

ciudadanos,
sus bocas engullen sexo asexuado

en el principio fue la luz
rápidamente inventamos la oscuridad

el interruptor está envueto en plástico en la barriga de un hombre. cuando le hicieron tragárselo no cayeron en la cuenta de que son las mujeres las que paren.

somos unos malparidos

martes, 1 de febrero de 2011

Mi puta cara

Picasso


Cuando perdí tus manos no lo entendí.
Busqué en las copas de los árboles.

Cuando se fue tu mirada no lo quería creer.
Me ahogué en un plato de ducha oxidado.

Cuando se licuaron tus palabras no pareció posible.
Filtré el agua de todas las alcantarillas.

respiro agua contaminada en una ciudad-pecera

el reflejo de una tapadera me ha hervido tres axiomas (uno, yo te pedí que te fueras):
estaba manca
estaba ciega
estaba muda


si el reflejo es el reflejado
si el yo se hace en el tú y el te es me
si ningún alguien habla a alguno


si ahora soy alguien
¿qué hago con las copas de los árboles las duchas y las alcantarillas?

si no hay nadie y hablo de nada
¿qué hago con mi pecho y con mi puta cara?