Arañando la tierra en un bosque frondoso que había en la calle de al lado, encontré el mensaje que había metido en una botella de Jack Daniel´s una niña pequeña. Con las pinzas de extraer objetos extraños del cirujano diplomado del barco de enfrente saqué la hoja mojada por el agua de río donde flotó durante años, y leí una jerga comprensible sólo por miras infantiles y por adultos que no guardan un niño dentro, pero siguen siendo ellos mismos en las largas tardes de invierno que se dan en primavera.
"Una ojita rota",
un pocito de agua,
un ojito a la mitad.
le bibi se le echa agua
el bibi de leche"
Como se supone que los niños no "entienden", y por eso se habla delante de ellos como si fueran sordomudos o no captaran sentidos emocionales, me pareció una buena prueba para demostrar que los sentimientos no entienden de edades, que sólo las sensaciones pasan y las emociones cambian. Pero cuando terminé mi tesis docotoral en la Facultad de prestigio dudoso, porque es mejor ser informático, se promovió una manifestación de bebés e infantes abortados por su deshumanización prenatal. Y el portavoz traía el resto de la nota, que siempre estuvo expuesta en el museo de arte contemporáneo bajo el pseudónimo de un tal Dalí:
"Canción nanana
cuando es toi sola
lo odio"
"Hoy ha sido un dia muy duro,
bueno para mi cabeza"
"Un pozo. Es un poco precioso"
"Canal sur el mejor"
" Tiene un mono y el mono es muy feo"
"Mi vida es muy espantosa, cobro para mi"
"Hoy he visto una cigueña"
"Porque hoy ha sido el dia mas duro de mi vida, hoy. Jueves"
"Una bez mas a buelbo acer lo mismo eso no se puede acer angeles que quaen del cielo"
"Señor gracias por darme mida"
"Cancion: guan chu fri for ¿es de loco esta casa uuu guan"
Al oir estas palabras, los hermanos mayores y pequeños y los seres que aún guardan sentimiento carente de respuesta se han unido a la concentración, y han decidido formar un partido para las próximas elecciones. Pero como los buenos políticos ya están cogidos para ser cabeza de listas, y ya hacen y deshacen, se han disuelto porque más vale una colorá que cien amarillas, y cada uno se ha ido a su casa dejando que sean los entendidos en cuestiones morales los que tomen decisiones importantes por la sociedad de no consumo lo que puedo pagar.
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